He de reconocer que la inteligencia artificial me apasiona. Las horas pasan y pasan, y yo pruebo cosa tras cosa. Mi mujer dice que me obsesiono, quizás sea así.
Pero esta obsesión con la IA tiene historia. Una historia que comenzó hace más de 30 años y que hoy, mientras configuro agentes de IA especializados para nuestros clientes, cobra un sentido que jamás imaginé.
Esta es mi reflexión personal sobre un viaje que me llevó desde la fascinación infantil hasta la aplicación práctica de la inteligencia artificial en pequeñas y medianas empresas españolas.
Mi Primer Encuentro con IA: ELIZA en los Años 90
Ya en los años 90 me pasé horas y horas interactuando con un clon de ELIZA, un chatbot primitivo desarrollado por Joseph Weizenbaum en el MIT en los años 60.
La historia real es esta: acompañé a mi padre al trabajo, donde tenían ELIZA instalada. La fascinación fue inmediata. Hicimos una copia y nos la trajimos a casa. Tener PC en casa en los 90 no era común, pero para mí significó tener acceso directo a esa "magia" tecnológica que me parecía fascinante.
¿Cómo una máquina podía responder como una persona? Visto con perspectiva era muy primitivo, pero a los ojos de un niño era mágico. Esas primeras interacciones plantaron una semilla que tardaría décadas en germinar completamente.
Lo que no sabía entonces es que estaba viviendo los primeros pasos de lo que sería mi carrera profesional.
El Invierno de la IA: Años de Espera y Aprendizaje
Durante muchos años, mi único contacto con la inteligencia artificial era la ciencia ficción y los juegos. Es la época que luego averiguaría que se llamó el ¨"Invierno de la IA".
Fueron años de espera inconsciente. La IA parecía haberse desvanecido del panorama tecnológico real, quedando relegada a las páginas de novelas y las pantallas de cine. Pero yo seguía leyendo, imaginando, preguntándome cuándo esas máquinas inteligentes de la ficción se convertirían en realidad.
Poco a poco, se empezó de nuevo a hablar de IA, Machine Learning, Deep Learning, algoritmos de recomendación. Cosas muy técnicas, muy interesantes, pero de poco uso práctico para mí en ese momento.
El Despertar: Mi Experiencia con GPT-3 y Primeros Casos Reales
A finales del 2020, en mi búsqueda constante de la automatización de fichas de productos para ecommerce, tuve la ocasión de probar GPT-3 en el Playground de OpenAI.
Era una versión cruda, antes del lanzamiento de la aplicación de ChatGPT y la explosión masiva de la IA. No sirvió para mis propósitos en ese momento: era demasiado literal y robótico. Pero despertó de nuevo esa fascinación por la inteligencia artificial que había estado dormida desde mis días con ELIZA.
Aún así, pasé horas y horas probando cosas. La manera de interactuar era diferente a como lo hacemos ahora. Se trataba de "chat completions": le dabas una instrucción y lo hacía. No había interacción, no había conversación real.
Pero algo había cambiado. La IA ya no era solo ciencia ficción.
Mi Punto de Inflexión: ChatGPT y la Revolución de los Custom GPT
En 2022 salió la aplicación ChatGPT ya con el modelo 3.5. Eso ya era otra cosa. Ya tenía usos prácticos, era imperfecto, sí, pero parecía que íbamos por el camino correcto.
El verdadero momento de inflexión llegó a finales del 2023 cuando sacaron los Custom GPT y tenía que probarlo. Ahí empecé a pagar por la IA, lo que cambió todo a nivel personal y profesional.
Ya he hablado de mi primer GPT en varios artículos, pero por fin podía delegar a una IA la creación de fichas de producto: fichas con mis criterios, de calidad, consistentes y en mucho menos tiempo.
Era la primera vez que la IA no solo me fascinaba intelectualmente, sino que resolvía un problema real y concreto de mi trabajo diario.
El Presente: Implementando Agentes IA en PYMEs Españolas
ChatGPT y los LLM en general están marcando una revolución, y esto solo está empezando. Las capacidades agénticas cambian completamente la manera que tenemos de trabajar.
No se trata de sustituir a humanos por máquinas, al menos no de momento. Se trata de ir delegando tareas a los agentes y dedicarnos a tareas de más valor, donde el criterio humano y la experiencia marcan una diferencia.
En la actualidad, tener un agente de inteligencia artificial conectado a los datos de mi negocio, que no solo es capaz de analizarlos, sino de interactuar con ellos, de realizar tareas - incluso tareas complejas que a mí me llevarían días o semanas - es algo que me recuerda a mis días devorando página tras página de ciencia ficción.
Pero no es ficción. Es real y es ahora.
Reflexiones de 30 Años de Evolución: Lecciones de mi Viaje con IA
Mirando hacia atrás, veo un hilo conductor claro: la búsqueda constante de herramientas que potencien las capacidades humanas sin reemplazar el juicio y la creatividad humana.
Desde aquel niño fascinado con ELIZA hasta el profesional que hoy implementa agentes IA especializados, el denominador común ha sido la curiosidad y la obsesión por entender cómo la tecnología puede hacer nuestro trabajo más eficiente y significativo.
Lo que me emociona del momento actual no es solo la sofisticación técnica de los agentes IA, sino su accesibilidad. Por primera vez en décadas, las herramientas de inteligencia artificial están al alcance de pequeñas y medianas empresas que pueden beneficiarse enormemente de ellas.
Mi obsesión, como dice mi mujer, ha encontrado finalmente su propósito práctico. Y esto es solo el comienzo.